Mientras te esperaba decidí cruzar la calle, la 9 de
Julio tiene zonas de descanso por decirlo de alguna manera. Cruce Cerrito y en
uno de los pocos bancos bajo uno de los pocos árboles me senté.
Abrí un libro para
hacer algo, para no quedarme simplemente esperando, mis ganas de leer eran casi
nulas aún así fui hasta la página 253, donde había quedado y leí: "era muy
probable que estuviese correspondiendo a lo que recibía y desde el principio".
Esa sola frase bastó para cerrar el libro. Miré para arriba: por suerte hay sol
y yo tengo un propósito momentáneo: el de esperarte. Me imagine viéndote
llegar. en realidad te vi viéndome, bajando del bondi con auriculares, alto,
enorme, con toda tu humanidad dirigiéndose a mi encuentro y que me veas a lo
lejos sentada con un libro, en el medio del transito monstruoso merecedor de
una bomba. Que me veas a mi, sentada bajo uno de los 3 árboles de esta ciudad,
leyendo. Casi de canción, trillada y bella. De todas formas no puedo leer. No
quiero perder este momento, necesito saborear la espera con esta adrenalina de
que no llegues, sabiéndote en camino pero pensando que no va a pasar. La otra
noche cuando me escribiste estaba dormida. El pipip me despertó, cosa extraña
por que cuando mire tenía varias llamadas perdidas de otra gente, sonó y no escuche. El
tuyo sí. El mensaje decía: "tormenta". Afuera llovía mucho. te dije
que desde mi ventana se veía hermosa. Era cierto, tenía la ventana abierta e
incluso me mojaba un poco. Hipnotizante. Te desee abrazado a mi, pero no ibas a
venir y en secreto te lo agradecí. Me despertaste y esa tormenta fue mía. Me
prendí un porro y la mire, como antes, mucho mucho tiempo. Un poco espere que
cayeras igual, que tu deseo le ganara a la comodidad, pero no importo por que
te sabía ausente y estaba bien.
Esta espera es
diferente por que vas a venir y en secreto también te lo agradezco por que hoy
hay sol y yo quiero caminar con vos.