1.9.10

Al ritmo de una bella sinfonía

Se besaron bajo la luz mortecina de un farol en la esquina de la cárcel, sus ojos mirando con sospecha la otra esquina y luego la otra y luego el farol. En la boca de Ella se oían palabras sordas, de rechazo, de reproche.
Pero ya estaba listo, ya sus caminos se apresaban y se bifurcaban. Y las lagrimas, los anhelos y los deseos tendrán que esperar.
Sus manos encadenadas saludan a quien la despide, ella, la que la despide quiere estrangular a la guardia que le toca sus manos, las manos que ella toco, ¿Quien sabe que suciedades hizo esa inmunda policía? esa que ahora toca a su bella y asesina chica.
Se da vuelta y ve cerrarse la puerta, las rejas. Camina por los pasillos buscando su celda, su hoyo, donde la van a tirar y degradar, como una rata, y Ella sabe lo que es eso, sabe que no se soporta la humillación, así fue que puso su zapatilla topper en la cara de ese cana que la tocaba. No se arrepiente. Ahora suspira y se siente bien, bien por ser libre de ese forro, mal por que los actos siempre se pagan feo.
Y ahora ella es la nueva en este pabellón y todas las otras se relamen por su carne nuevita. Pero sabe que la esperan. Sabe, y sabiendo espera.
La noche llega, su primer noche, que es peor, más fría, más cruda, más extraña que cualquier otra noche.
Su compañera de celda la rodea, piensa que va a matarla, pero en cambio la abraza, le ofrece un cigarrillo, hablan hasta que el miedo pasa, o no, pero distrae.
Ella, la otra ella, le ofrece un nombre para que se haga tinta y epidermis. Ella responde que sí, que se tatuara un nombre.
Ella se escribe en el hombro "ELLA ESPERA"
Ella miró atónita esa nueva marca que ahora su piel lucia.


¿Quien espera? ¿Alguien espera detrás del muro gris?
Sin dudas. Sus ojos paranoicos evocan nuevamente la noche, el farol, sus manos. No puede haber un lugar mas frío que esta celda, piensa sin pensar, casi metiéndose en las cadenas, en los eslabones y los cerrojos cerrados.
Ella se tira y mira el techo , le toco la cama de arriba. Si a eso se lo puede llamar cama.
Hace días que no come, por que a Eso tampoco se lo puede llamar comida, y de su hombro las letras la alimentan, "ella espera". Pero si ella no espera mas?
Acá el derecho de piso se pone rudo, por que el sexo con el simio que se hace llamar La Mujer, parece violento, pero la paja esta mas dura y su compañera de celda ya tiene novia y para llegar a otras primero hay que pasar por La Mujer.
Y ahí va, dispuesta a hacerlo de una buena vez, ese peso fuera. Basta de esconderse. Paso a paso va a la celda. Otro simio le dice que La Mujer la estaba buscando hace días, que ahora va a ver lo que es bueno.
La Mujer esta acostada y le pide cosas, toca acá, hace esto, y ella hace todo lo que el simio le pide. Sabe que después de esto todo va a ser mejor, ya no más esconderse.
El acto patético concluyo. Ella esta humillada, pero ya nada le hace daño, nada peor, sus rasgos al darle la espalda al simio se transforman en muecas de una hastío tan irónico. Otra vez recordar la topper en la cara, otra vez pisando a ese ser despreciable.
Vuelve a su celda irritada, su compañera le pregunta que paso, si esta bien. Ella solo atina a prender el último cigarrillo que tiene, mira su hombro y dice que lo bueno de su tatuaje es que le cuaja a todos a la perfección.
Ella espera, Ella espera la hora final, donde otra vez se alce, se levante del pisoteo y ponga su zapatilla topper sobre la cara del simio llamado La Mujer.