26.8.11

Si miro un punto especifico de su piel

Me detengo en el punto exacto donde se manifiesta una ventana en un día nublado,

una ventana, que es mi ventana,

la de mi habitación, en un día gris,

lluvioso,

de los que a mi me gustan.

Se hace vidrio lentamente esa partecita pequeña que acabo de descubrir,

y llueve afuera y llueve también en ese costado,

mas precisamente ubicado en una de sus costillas.

Me hago pequeña, pequeñísima y escalo,

trepo por su ombligo,

corro por las lomitas que forman su panza,

pego un salto y llego a la ventana,

la abro y veo que paró el agua,

vislumbro una noche clara,

descubro una constelación de pecas en su hombro derecho,

siendo tan chiquita,

es fácil salir volando hasta ahí,

pisar uno por uno cada puntito hasta llegar a ese espacio,

donde el cuello genera su curva hasta arriba

ahí me detengo tomo aire y me arrastro poco a poco,

Con mi pequeña boca de pez como si fuera una ventosa,

me pego al lóbulo de su oreja,

quedo magníficamente colgada de ahí

mientras me inflo como una piñata,

cada vez me hago más grande,

un poquito más,

hasta volver al tamaño normal.

Donde él con sus brillosos ojos me mira,

gime un poquito mientras le muerdo suave la oreja, dice:

afuera llueve… ideal para quedarse en la cama.